Cómo medir una conducta
Las conductas tienen tres dimensiones bastante sencillas de observar y siempre las debes de tomar en cuenta para saber qué y cómo modificar algo, estas son:
Las conductas tienen tres dimensiones bastante sencillas de observar y siempre las debes de tomar en cuenta para saber qué y cómo modificar algo, estas son:
Ya tenemos una idea de lo que es una conducta, ahora tienes que ampliar ese conocimiento para poder usarlo a tu favor. Si escuchas con calma las ideas de otros papás (o las tuyas) es común encontrar comentarios como “mi hija es muy berrinchuda”, “ojalá y el siguiente no me salga igual”, “tiene el mismo carácter que su abuela”.
Estimado lector que si andas en estos temas, estás como yo: lidiando con la actividad diaria de ser padre; pues bienvenido a mi blog y definitivamente bienvenido a este post, lo que encontrarás aquí son técnicas para manejar las conductas difíciles, eliminarlas o mejorarlas. Nada más que para eso necesitarás seguir una serie de pasos y de instrucciones para alcanzar tu meta y una de ellas será estudiarle un poco.
Anoche mientras me tocaba cuidar a mi hija, en ese momento de la madrugada en la duermevela, tuve una epifanía: la paternidad es como tener barba. Para tener una barba bien cuidada, del tamaño que uno desea y con la forma que uno quiere hay que seguir una serie de pasos muy particulares.
Comer en familia puede ser un reto, así que en esta entrada la nutrióloga Cintia Barreda nos pasa algunos trucos y recomendaciones para que nos vaya mucho mejor y nuestros hijos coman bien. Claro que hay mucho más de qué hablar en este tema por lo que al final de la entrada vienen sus datos de contacto para que si quieres la consultes.
¡Hola a todos!
Primero que nada quiero agradecer la invitación para compartir en este espacio mis conocimientos e ideas sobre los alimentos y su consumo, espero de corazón que encuentren esta entrada divertida, fácil de leer e informativa.
Pues ha llegado el momento de hablar de los berrinches, en parte porque es un tema que no he abordado y en parte porque la otra vez me aventé un berrinche bastante largo… obvio no lo hice yo sino mi hija. Mientras me hacía su mega berrinche me di cuenta de la poca información que tengo en el blog y de lo mucho que sirve saber de este tema.
¡Pipa! ¡Pipa! Ese es el grito de guerra de mi hija cuando ha llegado el momento de su media hora de televisión, el cual se centra en ver “Peppa la cerdita”… que además de todo es bastante entretenida de ver como adulto, así que no tengo inconveniente en sentarme a verlo con ella.
La eterna discusión es si en la noche es sano dejar o no dejar a nuestros hijos llorar, hablando obviamente de los bebés y no tan bebés (incluyendo “toddlers”, que son los que vas como del año a los tres). La entrada pasada creo que dejé en claro que nosotros no somos los que dejamos que llore en la noche pero…